Peligro en cubierta
A menudo parece que el buceo y el ir en barco son inseparables. No importa lo buena que sea la costa para bucear: los buceadores parecen ser arrastrados lejos de ella en busca de mayores aventuras submarinas.
Con la mayor parte de la planificación de antes de la inmersión centrada en la seguridad submarina, es fácil pasar por alto los peligros que acechan en la superficie. Ya seamos pasajeros (pagando o no) en el barco de alguien o estemos gobernando el nuestro, es importante que revisemos de vez en cuando algunos de los principios básicos de la seguridad en un barco.
Prepararse
Siempre que nos aventuramos por un puerto que no sea el nuestro, debemos estar bien preparados para enfrentarnos a cualquier desafío de circunstancias que hayamos planeado o no. Las regulaciones de los guardacostas identifican el contingente básico de un equipo de seguridad, incluyendo salvavidas para cada una de las personas a bordo, señales visuales de socorro, extintores y dispositivos para producir una señal sonora.
Según las regulaciones, los salvavidas deben esta aprobados por los guardacostas, ser de un tamaño apropiado para el que lo lleva, estar en condiciones duraderas, y ser accesible en todo momento, es decir, que NO estén almacenados en bolsas de plástico, cerrados en compartimentos o bajo montañas de equipo de buceo. Aunque los buceadores pueden estar perfectamente adaptados a la supervivencia marina cuando están preparados, una vez que se ponen su ropa seca deben tener los salvavidas a mano. Según información proporcionada por los guardacostas, el 90% de los ahogamientos relacionados con un barco ocurren en aguas del interior, la mayoría a pocos metros de lugar seguro. Estos datos sugieren que el uso de los salvavidas podría haber salvado las vidas del 80% de las víctimas en barcos.
Las regulaciones de los guardacostas también determinan que los botes deben ir equipados con salvavidas aprobados.
Embarcaciones de menos de 4,8m de eslora (E.E.U.U.) no necesitan llevar señales de día, pero deben llevar señales de noche cuando trabajen entre el atardecer y el amanecer. Incluso cuando no son obligatorios, muchos patrones consideran que los salvavidas son esenciales. Si el barco vuelca, ocurre un fallo en el motor, o encalla, los salvavidas son un elemento clave para proporcionar ayuda.
Si bien no solemos pensar que un barco puede causar un incendio, se requieren extintores aprobados por los guardacostas en todos los barcos donde pueda ocurrir un incendio en los motores o en el sistema de combustible. Esta regulación se aplica a los barcos con compartimentos cerrados, al igual que aquellos con compartimentos debajo de asientos donde se almacenan tanques de combustible. Considerando que la otra única opción sería abandonar el barco, es aconsejable tener un extintor en buenas condiciones (o dos) a mano.
Los dispositivos para producir una señal sonora son parte del equipo de comunicaciones esencial, y se usan normalmente en vías fluviales sin visibilidad (obstáculos en el camino) o cuando hay niebla. Una bocina portátil es normalmente el producto escogido para cumplir este requisito.
Más allá de los que exigen los guardacostas están las miríadas de artículos para prepararnos para operaciones independientes en ambientes hostiles, para resolver situaciones que surgen inesperadamente, y para impedir que tales problemas ocurran. Este tipo de artículos incluyen suficiente combustible para llegar a nuestro destino y volver, al igual que combustible de reserva para cubrir cualquier desviación o necesidad inesperada.
Cuando las cosas van mal, tener una bomba de achique que funcione, un ancla, y algunas herramientas y recambios pueden marcar la diferencia entre un día malo y un día mucho peor. Por último, un barco de buceo bien equipado debería estar provisto de oxígeno y un equipo de primeros auxilios, agua y provisiones, equipo de navegación, equipo de comunicaciones, y personas y conocimiento para usar los recursos de manera efectiva.
El know-how en los barcos
Cuando se trata de navegación, no hay nada que sustituya la experiencia. Para los novatos en el mundo de la navegación o aquellos que quieren mejorar su educación, se ofrecen cursos de seguridad marítima en muchos servicios costeros de países europeos, servicios auxiliares, clubes náuticos y organizaciones similares.
La mayor parte del tiempo nuestras aguas son tranquilas, aunque en contadas ocasiones algo puede salir mal y entonces es importante que estemos preparados. Con tomar unas simples precauciones podemos garantizar nuestra seguridad y la de los que bucean con nosotros.
Consejos de seguridad en el barco
- Antes de abandonar el puerto asegúrate de que la embarcación tiene combustible y el equipo necesario de emergencia.
- Presenta siempre un plan de navegación con un amigo, familiar u otra parte responsable.
- Conoce tu barco, sus sistemas y sus características de maniobra.
- Sé siempre muy consciente de la situación: tienes que saber dónde estás, qué te rodea y qué posibles peligros existen.
- Mantente alerta de cualquier cambio climatológico.
- Conoce y practica las reglas de navegación.
- Conoce y obedece todas las regulaciones de tu país o región y las marcas de las vías de navegación.
- Nunca sobrecargues la embarcación. La sobrecarga disminuye la distancia entre la línea de flotación y la parte más alta de la cubierta y dificulta las maniobras, aumentando el riesgo de accidente. Nunca excedas los límites fijados en el letrero de la embarcación.
Necesidades de navegación
Tanto fuera como dentro del agua, siempre es importante que conozcas dónde estás. Aunque los sistemas de posicionamiento global modernos y los moving maps te ayudan rápidamente en las tareas normales de navegación, hay veces en las que una carta náutica y un compás son tus mejores aliados (si sabes cómo usarlos). Para aquellos que no estén familiarizados con nociones de navegación costera, merece la pena aprender lo esencial. Comienza con una carta náutica de “tus aguas”, y luego plantéate un curso de navegación costera o de seguridad marítima.
Comunicaciones
El equipo de comunicaciones es esencial para cubrir las necesidades a mar abierto. Cerca de la costa, un teléfono móvil es una herramienta muy útil para pedir ayuda, pero en el mar el servicio es limitado. Una radio VHF marina es probablemente la mejor forma de comunicación, permitiéndote un contacto directo con los guardacostas y las embarcaciones de la zona. Además, una embarcación necesita una sirena de llamada o algo similar para alertar a los buceadores en caso de emergencia de que hay que regresar.
Independientemente de si contamos con un equipo de comunicaciones barco-tierra, presentar un plan de navegación con una parte responsable en tierra te asegurará que si ocurre un desastre, alguien sabe dónde te encuentras y cuándo pensabas regresar. El plan de navegación identifica la embarcación, las personas a bordo, el destino y la ruta planeada, y la hora prevista de vuelta. Si la embarcación no regresa a la hora esperada, el plan de navegación puede ayudar a los rescatadores a iniciar una búsqueda efectiva.
Cambio climatológico
Crecí en Nueva Inglaterra, donde había un refrán que decía: “El que desee mentir, le bastará predecir”. Para el patrón, los cambios climatológicos son algo que hay que considerar detenidamente. No sólo afectan a las condiciones de la inmersión, sino que también pueden generar situaciones peligrosas en la superficie.
Los patrones avezados saben que la radio meteorológica, los informes meteorológicos y la radiofonía entre embarcaciones pueden alertarnos de los cambios climatológicos. Conviene vigilar el tiempo. Estate alerta de los cambios en las condiciones barométricas, los cambios de viento (en velocidad o dirección) y los cambios de temperatura. El aumento de viento y la caída rápida de las temperaturas o la presión barométrica pueden indicar un empeoramiento de las condiciones. Cuando se trata de pistas visuales, vigila el oeste, ya que los sistemas climáticos en las latitudes medias del norte vienen del oeste.
La formación de niebla puede suponer una seria amenaza, ya que puede dificultar o hacer imposible la navegación o la detección de peligros. Siempre que el aire se enfría hasta el punto de condensación, es muy probable que se forme niebla. Relativamente templado, el aire húmedo que se mueve a través de agua más fría puede formar niebla muy rápidamente.
Las tormentas eléctricas son quizás la condición meteorológica más peligrosa que un patrón se puede encontrar. Más allá de los rayos, el granizo y la reducida visibilidad cuando hay fuertes precipitaciones, los fuertes vientos racheados implican un estado del mar peligroso. La receta para las tormentas eléctricas incluye aire inestable, húmedo y templado combinado con una fuerza ascensional. Lo que a menudo comienza como un cúmulo de nubes inocentes puede transformarse rápidamente en una tormenta verdaderamente maligna.
Siempre que se levante viento inestable a una altitud superior al nivel de congelación (normalmente entre los 3.000 y 5.000 metros), se forman cristales de hielo intercambiando cargas mediante colisiones mecánicas, de la misma manera en la que nosotros nos “cargamos” cuando arrastramos los pies sobre una alfombra en un frío día de invierno. Cuando comienzan los rayos, la tormenta ha alcanzado su madurez, y con ella comienzan los vientos racheados, las lluvias torrenciales y los mares tormentosos.
Un compañero a bordo
Siempre que estamos explorando el mundo submarino es importante tener un “observador” o puesto de vigilancia, es decir, una persona responsable de permanecer a bordo para llevar el tema de seguridad. Hace muchos años no dejé a alguien así a bordo. Era una inmersión nocturna, y tras llegar a la superficie, nos encontramos con que el casco oscuro y el ancla débilmente iluminada se camuflaban perfectamente con el cielo negro y la costa tan poco iluminada. Afortunadamente, mientras nadábamos hacia la costa chocamos contra el barco (literalmente) y nos ahorró la vergüenza (o algo peor) de perder nuestro barco. De todos modos, aprendimos la lección.
El observador tiene la responsabilidad principal de vigilar el tiempo, la radio, y luego vigilar cosas como un ancla que está arrastrando o buceadores que salen a la superficie. Esta persona debería tener formación relativa a la seguridad en el barco y también en primeros auxilios y gestión de accidentes.
Otra responsabilidad importante del “compañero a bordo” es asegurarse de que nadie se quede atrás. El sistema de IDentificación de buceadores DAN (DAN Diver IDentification System, DIDS) es una gran herramienta para mantener el control de los buceadores, pero también pueden ser de utilidad otras estrategias dependiendo del tamaño de la embarcación y del número de tripulantes y buceadores.