El reconocimiento es esencial

El Buceador

Mujer de 48 años, buceadora experimentada con más de 300 inmersiones en su haber. Entre sus antecedentes personales destacaban hipertensión, aunque la tenía bien controlada con un solo medicamento. También tomaba un medicamento recetado para controlar su colesterol. Su estado general de salud y condición física eran buenos.

Las inmersiones

La buceadora se encontraba viajando por una popular isla del Caribe. Los primeros cuatro días de buceo consistieron en dos inmersiones por la mañana, cada día. Ninguna de estas inmersiones fueron más profundas de 24 mt, y todos los tiempos de fondo estaban dentro de los límites de no descompresión de su ordenador. Su segunda inmersión cada día era a 18 mt o a menor profundidad. Respiró aire en todas las inmersiones. En el quinto día, su primera inmersión tuvo un perfil multinivel, con una profundidad máxima de 26 metros y un tiempo total de 40 minutos. La inmersión transcurrió con absoluta normalidad, saliendo del agua aproximadamente a las 11:30 a.m.

A los cinco minutos de llegar a la superficie, la buceadora empezó a sentir que le faltaba aire, mientras se despojaba de su equipo. A esta sensación le siguió un dolor en la espalda, en la zona media y alta. Mientras se desembarazaba de su equipo, notó haber perdido la fuerza en su brazo derecho. Casi al mismo tiempo, empezó a sentir un hormigueo en sus pies y esta sensación fue ascendiendo por ambas piernas, hasta la cintura. Una sensación de fatiga acompañó a todos estos síntomas.

Informó de la situación a la tripulación del barco de buceo. No actuaron alarmados y sugirieron que el oxígeno no era necesario, ya que la debilidad en su brazo derecho se había resuelto por sí sola en 15 minutos. La buceadora decidió no participar en una segunda inmersión. Los otros buceadores estuvieron en el agua durante una hora. Durante ese tiempo sus síntomas parecían haberse resuelto, a excepción de la sensación de hormigueo en sus pies.

De regreso al centro, los síntomas no reaparecieron, pero la sensación de hormigueo en sus pies se mantuvo invariable. No participó en ninguna actividad física vigorosa aquella tarde y, después de cenar, alrededor de las 21:45, aproximadamente, se retiró a descansar.

Las complicaciones

A las 23:30 la buceadora despertó debido a un malestar agudo en la vejiga. Descubrió que era incapaz de orinar y, después de reflexionar, cayó en la cuenta de que no había orinado desde la inmersión de la mañana. Tomó una ducha caliente, durante la cual se dió cuenta de sensaciones inusuales en sus pies y en zonas sensibles de sus piernas. Informó de que sus piernas también las notaba muy debilitadas. A medida que aumentaba su preocupación, decidió contactar con DAN y habló con el médico de guardia. Basándose en la evolución de los signos y síntomas informados, el médico le recomendó su evaluación inmediata en un centro médico cercano. Habló con el director del resort, que la acompaño a la clínica local.

Tan pronto el personal de la clínica empezó a evaluarle, la primera prioridad fue vaciar la vejiga de la buceadora, cosa que hicieron rápidamente utilizando un catéter urinario. El personal reconoció la posibilidad de una enfermedad por descompresión e iniciaron los contactos con la instalación hiperbárica local. También administraron oxígeno normobárico a la mujer, a un flujo de 15 litros por minuto, mediante una máscara con bolsa reservorio. Debido a problemas con el personal, la buceadora no fue trasladada a la instalación hiperbárica hasta transcurridas dos horas más, aunque siguió respirando oxígeno a un alto flujo durante todo el tiempo que permaneció en la clínica y durante el transporte, que ocurrió sin incidentes.

La evaluación

A su llegada a las instalaciones de la cámara, la buceadora se encontraba totalmente alerta y orientada y capaz de proporcionar al médico una relación detallada de los acontecimientos y la evolución de sus síntomas. El médico llevó a cabo un examen neurológico y no descubrió ningún problema con el brazo derecho de la mujer. La fuerza en ambos brazos era igual, y sus reflejos, normales. El dolor en la espalda, en la zona media y alta, no se había reproducido.

La evaluación neurológica de las extremidades inferiores reveló una disminución de la fuerza en los músculos flexores de la cadera derecha, en comparación con los mismos músculos en el lado izquierdo. También se había reducido la sensibilidad en la pierna izquierda y las zonas con alteración de la sensibilidad en la pierna derecha. La percepción de los estímulos fríos y calientes estaba alterada en ambos pies. La buceadora padecía de inestabilidad al intentar caminar de talón a punta, y le resultaba difícil mantenerse de pie sobre una sola pierna, informando de que sus piernas todavía las sentía muy débiles. El médico le diagnosticó enfermedad por descompresión (ED) de tipo II con afectación de la médula espinal.

El personal inició un tratamiento Tabla 6 de la Marina de los EE.UU. (TT6). Hacia la mitad del tratamiento, la buceadora experimentó mejoría. Después del tratamiento, una evaluación neurológica repetida reveló marginalmente mayor fuerza en la pierna derecha. La buceadora también informó de la mejora de la sensibilidad en los pies. Le ayudaron a regresar a la localidad donde dormía durante unas horas, antes de regresar para un tratamiento adicional. Durante una ducha notó mejoría en su capacidad para distinguir las sensaciones frías y calientes. También mejoró la habilidad de la buceadora para caminar de talón a punta, y tenía menos problemas para sostenerse de pie, sobre una pierna. El médico decidió administrar una segunda TT6, después de lo cual la evaluación mostró una mejora adicional.

El día siguiente, la buceadora fue evaluada de nuevo y tratada con una tabla 5 de la Armada de los EE.UU., una TT5 (un tratamiento de cámara, más corto), de nuevo con un incremento de la mejoría. Se le administraron otros tres cortos tratamientos adicionales (TT9) más. La buceadora había alcanzado una meseta clínica, mostrando una mejora adicional después de la segunda y terceras TT9, así que no se le administraron más tratamientos adicionales. Todavía presentaba algunas disminuciones sensoriales leves, pero la opinión del médico era que la buceadora continuaría mejorando. Después de esperar las 72 horas recomendadas, voló a su casa y no experimentó ningún empeoramiento de sus síntomas durante los vuelos. Dos semanas más tarde se informó de la mejora diaria continuada con una leve alteración sensorial remanente, en los pies.

La discusión

Sería fácil criticar a la tripulación del barco por su falta de acción; probablemente habían visto a muchas personas bucear con esos perfiles muchas veces,sin incidentes, y por lo tanto se dejaron llevar por la complacencia. Para confundir aún más, en este caso hubo la resolución espontánea de la mayoría de los síntomas del buceador. Dicha resolución de los síntomas suele ser una respuesta al respirar oxígeno, pero en casos algunos casos raros, puede incluso ocurrir en ausencia de administración de primeros auxilios con oxígeno. Aunque no todos los síntomas de esta buceadora se resolvieron, la mejora de la mayoría de sus síntomas hizo que esta situación pareciese mucho menos grave de lo que realmente era.

Es importante recordar que los signos y síntomas que presentaba esta buceadora, pueden considerarse serios, pero incluso los signos o síntomas más sutiles merecen al menos una conversación informal para determinar el alcance de los problemas. Cualquier pérdida de fuerza muscular debe impulsar a una intervención y evaluación inmediata. El curso On-Site Neurological Assessment for Divers proporciona los conocimientos y habilidades para reconocer y evaluar los buceadores potencialmente lesionados. Sin importar el tipo de formación que se tenga, no dudar en recomendar que un buceador busque evaluación médica profesional. Independientemente de si los síntomas que aparecen después de una inmersión son sutiles o evidentes, si se resuelven con la admininstración de primeros auxilios con oxígeno, (o incluso sin ellos), no descartar la posibilidad de que reaparezcan.

El curso On-Site Neurological Assessment for Divers (Evaluación Neurológica In Situ para buzos)

El curso es un programa de nivel avanzado que proporciona una formación adicional para aquellas personas que han superado satisfactoriamente el curso DAN de primeros auxilios con oxígeno en accidentes de buceo durante los últimos dos años (24 meses).

Objetivos del Curso

El programa DAN On-Site Neurological Assessment for Divers Provider (“DAN On-Site Neuro Provider”) está diseñado para: 

  • Refrescar el conocimiento de las señales de aviso en una urgencia en el buceo
  • Identificar cuando es apropiado realizar una evaluación neurológica in-situ
  • Realizar una evaluación neurológica in-situ
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