Comprensión del incidente
Mordido por un león marino
El buceador
El buceador era un varón de 67 años de edad, con 35 años de experiencia en buceo.
El incidente
Fue a primera hora de la tarde, cerca de La Paz, México, en Los Islotes, un popular sitio de buceo, con una colonia de leones marinos, cuando uno de ellos mordió al buceador en el estómago. En el momento del ataque se encontraba buceando, a menos de 6 metros de profundidad, junto a unos 50 buceadores más, procedentes de varios barcos de buceo presentes. Después del ataque, los compañeros de buceo y la tripulación le ayudaron a regresar a bordo del barco. Le quitaron su traje de neopreno de 3 mm para evaluar la lesión y controlar la hemorragia. Estaba consciente y lúcido todo el tiempo.
EL crucero de vida-a-bordo llegó al puerto unas dos horas más tarde, justo antes de las 3 p.m. y el buceador fue transportado a tierra en una embarcación rápida. La tripulación le había vestido y vendado sus heridas, y presentaba un buen estado general. El paciente, el responsable del viaje y la tripulación, determinaron que la espera de una ambulancia podría retrasar el transporte (por desgracia, las ambulancias en esa zona no siempre pueden proporcionar su servicio rápidamente), por lo que el responsable del viaje optó por trasladar al buceador en su vehículo particular.
Durante el trayecto, los signos vitales del buceador eran normales, y no mostraba ningún signo de malestar, a pesar de sus evidentes heridas. Porque parecía estable y con la hemorragia controlada, optaron por acudir a una clínica local cercana. Los hospitales de la zona suelen estar bastante ocupados con los pacientes, y pensaron que ello podría causar un retraso en el tratamiento del buceador.
Llegaron a la clínica local antes de las 4 p.m. y el médico de guardia asumió el cuidado del paciente. Las heridas eran dos laceraciones paralelas de aproximadamente 5 cm de largo, 1 cm de ancho y más de 2,5 cm de profundidad, con algunas heridas punzantes adyacentes, más pequeñas.
El médico y su personal limpiaron a fondo las heridas, inyectaron un anestésico local y suturaron las heridas. Antes hubo que dar dos suturas internas primero, en cada herida, ya que se requería el cierre de varias capas. Antes de completar el cierre, el médico colocó una gasa estéril, para facilitar el drenaje. Una de las pequeñas heridas punzantes requirió una sola sutura para cerrarla.
Por prescripción del médico, una enfermera administró una dosis de refuerzo contra el tétanos. El buceador fue dado de alta alrededor de las 6 p.m. y sus compañeros de viaje lo acompañaron a su hotel.
Análisis
Este incidente es un excelente recordatorio de por qué los operadores de buceo necesitan disponer de un plan de emergencia pre-existente y no dudar en ponerlo en práctica. También sirve para ilustrar que cualquier plan de acción tiene que adaptarse a las situaciones de emergencia, más allá de las relacionadas con la enfermedad por descompresión. Para la tripulación y guías de buceo, es necesario que dispongan de buenas habilidades de primeros auxilios para traumas físicos.
El operador de buceo se puso en contacto con el personal local, familiarizados con los recursos locales, y tomó una decisión sobre la base de sus aportaciones y sus conocimientos. El operador decidió transportar al paciente lesionado con la ayuda de un TES (Técnico en Emergencias Sanitarias) que estaba en el viaje, así como un socorrista local que también era TES.
La evaluación y el tratamiento médico son importantes ante cualquier lesión en la que la piel es penetrada en el medio marino. Las mordeduras de focas y leones marinos en particular, tienen una muy alta probabilidad de infección. La importancia de la limpieza y desinfección adecuada no puede ser exagerada, incluso con heridas aparentemente pequeñas. Todas estas heridas deben ser monitoreadas para detectar signos de infección durante, al menos, de siete a 10 días. Esas señales pueden incluir aumento de la hinchazón, dolor o sensibilidad en o alrededor de la herida, aumento del enrojecimiento, secreción maloliente de la herida, rayas rojas que se extienden lejos de la zona de la herida, fiebre y náuseas.
Aunque no está del todo claro por qué el león marino mordió el buceador, un testigo vio a dos leones marinos tipo toro, luchando agresivamente entre ellos, hasta que uno huyó del otro. El buceador se encontraba aproximadamente, a 15 metros de ellos, en la misma trayectoria del animal que huía, y fue mordido. Independientemente de lo lúdico o dócil que puede aparecer un animal marino, no hay que olvidar que somos visitantes de su entorno y debemos estar alerta y muy conscientes de su comportamiento. Asegurarse de aprender a cómo observar y aproximarse a los animales para su observación, y seguir siempre las recomendaciones de los expertos.
Gestión de las lesiones producidas por focas y leones marinos
El contacto con focas o leones marinos puede originar una grave infección producida por la bacteria de la leptospirosis, comúnmente conocida como "dedo de foca". Evitar alimentar a las focas, ya que esto reducirá significativamente la probabilidad del contacto foca/humano. Evitar el contacto entre perros y focas; ya que hay enfermedades que pueden ser transmitidas entre ellos.
Lavar las heridas causadas por las focas o leones marinos a fondo, con desinfectante, y secarlas. Buscar atención médica ante cualquier lesión causada por estos animales, ya que existe la posibilidad de graves consecuencias para la salud a largo plazo. Asegúrese de decirle al médico que fue mordido por una foca o por un león marino. Tener cuidado con los signos o síntomas inusuales hasta transcurridos de siete a 10 días, e ir al hospital si se encuentra mal en cualquier momento.
Aunque no es común, puede ocurrir la mordedura no provocada de un león marino, y los buceadores deben ser conscientes del peligro potencial que ello supone.