Foto: Imad Farhat
Línea médica

Mezclar buceo y drogas: los AINEs muestran su potencial para el tratamiento de la enfermedad por descompresión

¿Pueden medicamentos comunes, como el Ibuprofeno, ayudar a tratar los accidentes de descompresión? Lo que deben saber los buceadores.

Cuando los buceadores sufren un accidente disbárico en lugares remotos, lo primero que se les enseña es que deben administrarse oxígeno y trasladarse inmediatamente a una cámara hiperbárica. Esto no es incorrecto, pero no siempre es la única opción, ni la mejor. Aunque la recompresión en cámara y el oxígeno hiperbárico se han convertido en el tratamiento estándar para los casos moderados y graves de enfermedad por descompresión (ED), cada vez hay más evidencias que apuntan a la eficacia de la administración de medicamentos en vez de la recompresión, para los casos leves de ED y en zonas remotas. El tratamiento definitivo para la ED es la recompresión, pero desde hace décadas existen tratamientos complementarios (o suplementarios), en forma de protocolos de oxigenación e hidratación. Lo que se reconoce menos es el papel potencial de los fármacos como tratamientos primarios para la ED en zonas remotas o como complemento para mitigar la gravedad de los síntomas durante la evacuación, o minimizar el número de tratamientos de recompresión que necesita un buceador accidentado. Estos medicamentos presentan una amplia gama de perfiles de riesgo y posibles aplicaciones, pero adolecen de falta de investigación y reconocimiento. Esto se debe, en parte, a que sus aplicaciones son limitadas y, en parte, a que en la mayoría de los casos, los resultados no varían, ya que los tratamientos complementarios se centran en minimizar los síntomas o acelerar la recuperación, pero no en mejorar el efecto general del tratamiento.

Lista de tratamientos complementarios recomendados actualmente y aquellos que aún se consideran experimentales. Fuente: Decompression Illness: A comprehensive review, por S.J. Mitchell, 2024. PMID: 38537300 (solo en inglés)

En la última década se ha renovado el interés por los tratamientos farmacológicos primarios y complementarios para la ED, impulsado en gran medida por el interés que ha suscitado un artículo, especialmente relevante, sobre el uso de un fármaco antiinflamatorio no esteroideo (AINE) llamado tenoxicam, investigado por primera vez en 2003 por Bennett, Mitchell y Domínguez. Esto es lo que sabemos sobre el uso de los AINE como tratamiento de la ED y otros tratamientos complementarios prometedores:

Analizando las cifras

Los tratamientos complementarios para la ED se han investigado históricamente como suplementos al oxígeno en evacuaciones prolongadas, o se han utilizado durante la terapia de recompresión para acelerar la recuperación. Muchos de estos tratamientos eran teóricamente sólidos, pero carecían de datos, lo que daba lugar a aplicaciones muy variables entre las instalaciones hiperbáricas. Tras un estudio realizado en 2003 sobre el uso del fármaco antiinflamatorio no esteroideo (AINE)Tenoxicam, el interés se disparó (aunque solo de forma relativa). El estudio fue, y sigue siendo, el único ensayo aleatorio doble ciego de un medicamento para el tratamiento de la ED, y sus meticulosos controles y el gran tamaño de la muestra, lo convirtieron en una base excepcionalmente sólida sobre la que construir. La solidez del estudio es también una de las razones por las que los AINE orales son el único tratamiento complementario con pruebas suficientemente sólidas que respaldan su uso por parte de los primeros intervinientes que atienden a un buceador accidentado, sobre el terreno.

Neal Pollock realizando una ecografía transtorácica (ETT) a un buceador científico, tras una inmersión a gran profundidad. Se evalúa la presencia de burbujas en las cuatro cavidades del corazón, en reposo y también tras realizar movimientos específicos con las extremidades.

El Tenoxicam es un AINE de acción más prolongada que muchos de los medicamentos de venta libre con los que están familiarizados la mayoría de los buceadores pero que comparte un mecanismo con medicamentos comunes, de uso doméstico, como el ibuprofeno y el naproxeno. Este medicamento relativamente benigno, fue investigado inicialmente como complemento de la terapia de recompresión, con la esperanza de que su uso pudiera reducir el número o la duración, de las sesiones de cámara hiperbárica que un buceador podría necesitar, tras un caso de ED. El estudio no mostró diferencias en el resultado final (tanto en los buceadores que tomaron el medicamento como los que no lo tomaron, lograron la resolución de los síntomas), pero el Tenoxicam sí mostró una mejora estadísticamente significativa en el número de tratamientos de recompresión necesarios para aliviar los síntomas.

El Dr. Simon Mitchell, médico hiperbárico y experto en el tema, participó en la redacción del artículo original sobre el uso del Tenoxicam y ha investigado numerosos tratamientos complementarios para la ED, en las dos décadas transcurridas desde entonces. «Es probable que [la mejora con el Tenoxicam] sea un efecto de clase», afirma Mitchell (“Efecto de clase= hace referencia a los resultados y efectos terapéuticos similares, así como los efectos adversos similares, de dos o más medicamentos” –N.d.T) y añade que el fármaco se eligió por su larga vida media, pero que es muy probable que otros AINE proporcionen un efecto similar.

Aplicaciones en el mundo real

Todo esto no significa que puedas llevar un frasco de aspirinas en lugar de un plan de emergencia en tu próxima expedición de buceo a un lugar remoto, pero sí que ello proporciona una herramienta valiosa para los buceadores en lugares remotos. Estos fármacos aún necesitan más ensayos en humanos para demostrar su eficacia y llegar a un consenso sobre los protocolos, pero esa investigación también nos da la oportunidad de aprender más sobre los mecanismos de lesión por ED, que aún son teóricos.

Mitchell sugiere que en los casos de ED leve «en un lugar donde el acceso a una cámara sea difícil, pueden tratarse con primeros auxilios y una gran esperanza en que la recuperación sea completa, aunque quizá más lenta». Es importante señalar que este consejo se basa en que la lesión se ajuste a la clasificación de ED leve y que, si se puede acceder fácilmente a una cámara, se debe priorizar. También es importante aclarar que los casos de ED leve suelen resolverse sin ningún tratamiento, lo que lo convierte en una propuesta de riesgo excepcionalmente bajo, que podría mejorar significativamente la recuperación de un buceador afectado por una ED de ese tipo. Confirmar que un caso de ED leve que cumple los criterios para este protocolo de tratamiento puede implicar, paradójicamente, un proceso de diagnóstico más largo. Y los buceadores deben ser conscientes, tanto del tiempo que puede llevar el proceso como de la posibilidad de que se pasen por alto síntomas, o que éstos sigan evolucionando, lo que podría indicar un caso más grave de ED o de embolia gaseosa arterial (EGA) – ambos casos requieren una evacuación inmediata, independientemente de las dificultades logísticas.

Diagrama de flujo clínico orientativo para buceadores con EGA o ED, de pronóstico grave o leve. Los casos leves de ED pueden implicar, paradójicamente, decisiones más difíciles acerca de una evacuación justificada, según lo pronosticado.
Fuente: Decompression Illness: A comprehensive review, por S.J. Mitchell, 2024. PMID: 38537300 (solo en inglés).

La investigación sobre otros tratamientos complementarios para la ED sigue en curso, y en los enlaces que figuran a continuación, se puede encontrar una lista definitiva. La heparina, un anticoagulante que se utiliza a menudo para tratar trastornos cardiovasculares, ha demostrado ser muy prometedora, pero otros tratamientos aún son demasiado experimentales para recomendar su uso en cualquier aplicación, al menos por ahora. Es poco probable que se descubra algún día un fármaco que cure la ED, pero esta investigación ya ha cambiado la forma en que se trata a los buceadores en lugares remotos, y la continuidad de su investigación podría ser la clave para comprender mejor los mecanismos de la ED.


Importante: en cualquier emergencia de buceo, o incluso ante la mera sospecha que algo no va bien, es esencial buscar una evaluación médica adecuada, por parte de especialistas en medicina de buceo. El autodiagnóstico o la automedicación pueden retrasar la atención crítica y conducir a peores resultados. Llama a la línea de emergencia de DAN para obtener una evaluación inmediata y orientación experta.

La línea de emergencia está disponible para todos los buceadores, aunque los afiliados de DAN se benefician de asistencia médica ampliada, consultas continuas y un seguro de accidentes de buceo completo, que cubre los gastos de tratamiento cuando es necesario.

Tu seguridad es siempre la prioridad, no corras riesgos.


Trabajos citadao:

  1. Mitchell, Simon J (2024) Enfermedad por descompresión: una revisión exhaustiva. PMID: 38537300
  2. Doolette, D; Murphy, G (2023) Variabilidad en los buceadores ante la embolia gaseosa venosa (EGV), tras inmersiones repetidas.
  3. Bennett M, Mitchell S, Dominguez A. El tratamiento complementario de la enfermedad por descompresión con un fármaco antiinflamatorio no esteroideo (tenoxicam) reduce la necesidad de compresión.

Acerca del autor

Reilly Fogarty es un instructor de rebreather afincado en Nueva Inglaterra y capitán con licencia USCG. Su experiencia profesional incluye la medicina quirúrgica y de urgencias en zonas salvajes, la investigación en medicina hiperbárica y la mitigación de riesgos de buceo a gran escala, así como el diseño y la gestión de programas de primeros auxilios. Anteriormente ha trabajado en ensayos humanos de fisiología en exposiciones extremas para el Centro de Medicina Hiperbárica y Fisiología Ambiental de Duke y como Jefe del Equipo de Mitigación de Riesgos de la Red de Alerta de Buceadores, DAN.


Acerca del  traductor

Ramon Verdaguer es ingeniero industrial, diplomado en medicina hiperbárica y subacuática, operador de cámara hiperbárica,  buceador comercial, Formador de Instructores de buceo.

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