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3 maneras de respetar la vida bajo el agua
En el artículo ¿Qué vemos bajo el agua? llegamos a conocer las extrañas y fascinantes criaturas de las profundidades.
De la misma manera que cuando circulamos por la carretera necesitamos conocer el significado de las señales de tráfico y seguir algunas reglas, cuando estamos bajo el agua también tenemos algunas reglas a seguir, para no herir o dañar el medio ambiente.
Primera regla: Si te sumerges bajo el agua, tienes el gran privilegio de ser uno de los pocos seres humanos que podrán ver de cerca a estos maravillosos seres. Pero … un gran privilegio conlleva una gran responsabilidad (la cita no se lee exactamente así, la cambié un poco): la responsabilidad de proteger y preservar el mundo submarino para nosotros y para aquellos que elegirán visitarlo en el futuro. Ten esto en cuenta cuando estés bajo el agua: lo que ves a tu alrededor, a menudo ha sido construido con paciencia, durante docenas de años, por criaturas diminutas. Evita tocar, romper o dañar cualquier cosa.
Regla número 2: La vida marina no debe ser tocada. Ni siquiera delicadamente. La mayoría de las criaturas marinas tienen una piel muy fina y frágil, cubierta por una capa de moco que la protege de infecciones y de la deshidratación (sumergirse en agua de mar causa una pérdida de líquidos, sabes muy bien que necesitas beber mucha agua cuando buceas, ¡imagínate pasando tu vida entera allí!) Así que, si acaricio un pez, pensando que le estoy dando placer, con mis manos grandes y ásperas, en realidad estoy quitando el moco que cubre su cuerpo, y va a quedar expuesto a riesgos como el contraer una enfermedad de la piel. Y esto no es lo querías, ¿verdad? Otro ejemplo: la piel de una estrella de mar es dura y bien protegida, pero su boca se abre bajo de su cuerpo, y su estómago está en la parte superior. Si agarro una estrella de mar y la saco del agua (por un tiempo muy corto, cuidado, ya que no puede sobrevivir mucho tiempo), el agua en su vientre, saldrá. Cuando la devuelva al agua, tendré que poner cuidado de colocarla al revés: sólo de esta manera, la burbuja de aire que se ha formado en su estómago podrá salir de su boca (eructo), de lo contrario se quedará y le provocará dolores muy fuertes.
Sin considerar, y esta es la tercera regla, que si bien es cierto que no podemos herir gravemente a la mayoría de las criaturas marinas, algunas de ellas pueden hacernos daño. Animales como las medusas o las anémonas de mar tienen células urticantes que, si las tocamos, nos pican y provocan dolor y quemazón, similar a lo que sentimos cuando tocamos una ortiga. Las medusas tienen, en sus tentáculos, pequeñas células llamadas nematocistos, que tienen una aguja llena de veneno. Cuando tocamos esta aguja recibimos una microinyección de veneno … no lo suficientemente fuerte para matarnos, pero lo suficiente para hacernos daño y desear alejarnos de la medusa, que ha logrado su objetivo: la defensa.
NotaNinguna criatura marina es agresiva; todo lo que quieren es que no se les moleste. Si las tocamos, estamos siendo agresivos con ellas y, por lo tanto, algunas se defenderán. Algunas esponjas, si se tocan, tienen espículas (como las pequeñas agujas presentes en la lana de vidrio) que pueden penetrar nuestros dedos, causando dolor y picazón.
Los erizos de mar tienen espinas frágiles que se rompen fácilmente y que pueden penetrar nuestros dedos, y son difíciles de quitar. Es mejor comprobar dónde están y evitar tocarlos: se mueven muy lentamente, y ¡nunca nos atacarán! En los trópicos, hay animales diminutos y muy lindos, como los caracoles en forma de conos (conchas) o pulpos de anillos azules. Bueno, estas criaturas de sólo unos centímetros de tamaño, contienen suficiente veneno para matar a un hombre adulto. Nunca te atacarán, son criaturas pacíficas, pero no las toques o podrían pensar que están siendo atacadas y reaccionar. Nunca toques nada colorido; a menudo, en la naturaleza, los colores brillantes son una señal de advertencia.
Muchos peces tienen espinas venenosas, por ejemplo, los peces escorpión, el pez araña o las rayas. Ya que por lo general permanecen inmóviles en el fondo del mar, podríamos tocarlos accidentalmente, o pisarlos si caminamos por el fondo. Su picadura puede ser muy dolorosa; Cuando estamos bajo el agua, es mejor no tocar el fondo sin comprobarlo primero, o golpear una roca con un movimiento repentino.
Finalmente, hay peces que tienen dientes fuertes y grandes bocas, y que podrían morder. Las morenas, los tiburones, las barracudas, ciertos peces ballesta, podrían lastimarnos gravemente si nos atacan, pero casi nunca lo hacen. Si muerden, es sólo para defenderse: tenemos que respetar su territorio, como lo haríamos con cualquier animal grande que pudiéramos encontrar en tierra (por ejemplo un perro), y ellos harán lo mismo. Observa y evita tocar, y nada malo sucederá.
Para ser honesto, a veces bajo el agua somos atacados por peces muy pequeños. Si tienes la suerte de bucear en los trópicos, podría suceder que un pez payaso (sí, Nemo) te muerda los dedos. Un pequeño pez de sólo unos centímetros de tamaño, con una pequeña boca, cuya mordedura te hará cosquillas, o poco más. Está atacando porque está tratando de defender su anémona (su casa), a la que te has acercado demasiado. Sólo está defendiendo su territorio. Un día un amigo me dijo: "Si los tiburones fueran tan agresivos como los peces payaso, nadie querría deambular libremente bajo el agua". Estaba en lo cierto.
Moraleja: respeta siempre a los grandes peces; un tiburón nunca te atacará. Es el pez más pequeño que podría atacarte cuando menos lo esperas. Y ahora abre los ojos detrás del cristal de tu máscara y disfruta del espectáculo. |
Sobre el autor
Massimo Boyer es biólogo marino, fotógrafo subacuático, promotor de viajes de buceo, escritor, instructor de buceo y guía. Es un gran experto en los mares de Indonesia y miembro de DAN desde 2008.
Este texto forma parte de la publicación Cuanto es profundo el mar (Com'è profondo il mare), incluído en la "Collana del FARO" y publicado por el Istituto per l'Ambiente e l'Educazione Scholè Futuro Onlus, en colaboración con il Pianeta Azzurro y DAN Europe, por el proyecto Scuola d'aMare. Esta serie incluye textos directos, de fácil referencia y uso en importantes temas ambientales y sociales.
Textos de: Stefano Moretto, Mario Salomone, Massimo Boyer, Claudio Di Manao, Cristian Pellegrini.
Graphic design, illustration and layout: Francesca Scoccia.