Caracteristicas
Alergias al látex y equipo de buceo
Las estadísticas indican que del 1 al 6% de la población es alérgica al látex de caucho natural, y en casos raros, las reacciones son tan violentas, que pueden causar la muerte. Por lo general, se producen cuando los alérgenos de látex tocan la piel. También es importante tener en cuenta que, incluso en personas que no tienen una alergia al látex, el contacto con estos alérgenos, durante un período prolongado de tiempo, podría hacer que se vuelvan muy sensibles. Cuando se piensa en equipo de buceo y látex, lo primero que viene a la mente son los trajes secos, que suelen tener los manguitos de los brazos y cuello, de látex. Optar por un traje seco con sellos de silicona o neopreno parece resolver el problema, pero a veces el látex se puede encontrar en lugares inesperados.
Como buceadores recreativos, todos hemos visto la moda relativamente nueva de usar una goma elástica como collar, para sujetar el octopus, que en realidad comenzó hace mucho tiempo con los buceadores técnicos y en el sidemount. ¿Qué es un collarín elástico para el regulador? Con este nombre ligeramente pretencioso, todo lo que estamos describiendo es una pieza elástica de tubo de goma, que se usa alrededor del cuello para mantener la fuente de aire alternativa en su posición. La ventaja es que, en caso de una emergencia, será muy fácil de localizar y usar. Todo lo que tienes que hacer es poner una mano debajo de la barbilla, mucho más fácil que ir tanteando en busca de tu regulador de repuesto conectado a tu BCD. Además, es tan simple, que la mayoría de los buceadores prefieren fabricarse su propio collarín elástico. Al fin y al cabo, sólo es un pedazo de tubo elástico con un par de nudos de pescador.
Pero ¿existe alguna desventaja en el uso de un collarín elástico? La historia de un buceador técnico australiano, de 49 años de edad, que vive en los Estados Unidos, relatada en el informe de un caso publicado en la revista Divers Alert Network[1] ,puede ayudarnos a ver que puede haber una curiosa desventaja al respecto. Nuestro buceador viajó a Nevada para asistir a una feria de buceo, junto a su compañero de aventuras, ambos con miles de inmersiones a su espalda. El día antes del espectáculo, decidieron ir a hacer fotos,en un cañón sumergido, a una profundidad de 45 metros, en el lago Mead, eligiendo la configuración de sidemount; Esto significa llevar dos tanques gemelos, uno en cada lado, y dos grupos de reguladores para respirar y usar alternativamente. Utilizaron aire y EANx50, y su inmersión duró 39 minutos, incluyendo la descompresión. El buceador australiano llevaba un collarín doble alrededor del cuello, para mantener a mano los dos reguladores, que ya había utilizado anteriormente, en unas 100 inmersiones.
Había comido chocolate negro antes de la inmersión, y un par de cervezas después de bucear. Empezó a sentir un cierto entumecimiento en el lado izquierdo de su labio superior y, al cabo de una media hora, su rostro comenzó a hincharse visiblemente. A la hora de la cena, todo el lado izquierdo de su cara estaba hinchado y lleno de líquido, a pesar de no sentir ningún dolor y poder comer normalmente. La hinchazón persistió durante todo un día antes de empezar a mejorar. Llamó a DAN y los médicos inmediatamente sospecharon algún tipo de reacción alérgica. Después de inspeccionar todas las piezas del equipo, los hallazgos finales indicaron que el collarín elástico usado estaba desgastado. Algunos filamentos de goma que sobresalían en cada extremo de la misma, habían entrado en contacto con la piel de su cara, causando esta reacción alérgica bastante seria. Se le practicó una prueba de alergias y resultó ser muy sensible al látex, que fue encontrado en los filamentos del collarín elástico.
¿Qué podemos aprender de esta historia? Que nuestro equipo de buceo debe encontrarse siempre en perfectas condiciones, incluso si ni siquiera sospechamos que podríamos tener alergias. Algunos de los más experimentados buceadores, en especial, tienden a pasar por alto este aspecto clave: la seguridad debe ser nuestra máxima prioridad, no importa cuántas horas hayamos pasado bajo el agua. Demasiado a menudo somos perezosos y olvidamos que, para evitar problemas, incluso las piezas pequeñas y aparentemente insignificantes del equipo, como un collarín elástico, se desgastan con el tiempo y necesitan ser reemplazados. ¡Siempre es mejor prevenir que curar!
[1]Ver: Case report: acute facial swelling in a recreational technical diver por Peter Buzzacott, William K. Dolen, James Chimiak, Physiological Reports, 2017