Foto: Davide Bastiani
Comprensión del incidente

Fiebre en la Isla

La Buceadora

La buceadora era una mujer de 49 años, con más de  200  inmersiones registradas. No tenía antecedentes médicos conocidos, no tomaba medicamentos regularmente y, en general, estaba sana y en forma.

Unas vacaciones de buceo tropical

Nuestra buceadora eligió una popular isla caribeña para una semana de vacaciones de buceo. Durante seis días realizó 21 inmersiones sin problemas, todas las cuales se llevaron a cabo con aire y dentro de los límites de no descompresión de su ordenador de buceo. Realizó siempre una parada de seguridad al final de cada inmersión. La profundidad máxima de su inmersión más profunda fue de -34  metros; el resto de las inmersiones oscilaron entre  -9  y  -27 metros de profundidad. La buceadora se abstuvo de un consumo excesivo de alcohol y otros comportamientos que podrían haber afectado negativamente a su salud o seguridad, durante sus vacaciones.

¿Qué ocurrió?

El día de su partida de la isla, el intervalo de superficie de la buceadora, antes de volar, fue superior a 24 horas. No tenía ningún dolor específico, pero tenía una sensación de malestar generalizado. Durante el primero de sus dos vuelos, comenzó a experimentar profundos dolores musculares y articulares. El malestar se presentó en múltiples zonas de su cuerpo, acompañado de náuseas y fuerte dolor de cabeza. Los síntomas no se resolvieron sobre el terreno entre vuelos, pero tampoco empeoraron durante el segundo vuelo. Llegó a casa y esperaba recuperarse descansando un poco. Después de una noche de sueño sin cambios, sus síntomas no disminuyeron, y, preocupada por la posibilidad de un accidente disbárico (enfermedad por descompresión, ED), decidió ponerse en contacto con  DAN.

El médico de DAN con quien habló le sugirió que buscara atención médica en el servicio de urgencias más cercano. Si bien no se podía excluir la posibilidad de enfermedad por descompresión, el momento y la naturaleza de sus síntomas hacían que hubieran otras posibles explicaciones más probables. Cuando llegó al servicio de urgencias, presentaba 39º de fiebre. Se sometió a toda una batería de procedimientos de diagnóstico, incluyendo varias analíticas y exámenes físicos y neurológicos exhaustivos. Todos los indicios apuntaban a un diagnóstico de dengue; no de ED.

El personal del hospital le proporcionó la atención y cuidados adecuados, incluyendo  líquidos intravenosos y medicación para ayudar a controlar sus náuseas y su dolor. Finalmente fue dada de alta, y el médico instruyó a su familia sobre cómo controlar su estado de salud y continuar con su cuidado. La fiebre y las náuseas disminuyeron en tres días, y los dolores y cefaleas finalmente se resolvieron después de dos semanas. Afortunadamente, su tratamiento fue cubierto por la prestación de la cobertura de emergencia no de buceo, durante un viaje al extranjero, de su seguro DAN. 

La importancia de las evaluaciones médicas

Este caso debe servir como recordatorio de que viajar a áreas tropicales expone a los buceadores a riesgos más allá de los asociados con el buceo. El momento y la naturaleza de los síntomas de esta buceadora, con razón la llevaron a sospechar que los síntomas podrían no estar relacionados con el buceo. Sin embargo, se sometió sabiamente a la experiencia de los profesionales médicos y, al hacerlo, recibió una evaluación y atención inmediatas por la enfermedad que tenía. (Vale la pena señalar que las pautas establecidas para volar después de bucear, están planeadas con un registro de seguridad consistentemente alto.)

La importancia de recibir una evaluación médica que considere múltiples diagnósticos posibles no puede ser exagerada. Mientras que el dolor localizado y la fatiga severa son síntomas comunes de la ED, los dolores musculares generalizados y la fiebre no lo son. El médico evaluador lo sabía y, en consecuencia, amplió la lista de posibilidades de diagnóstico diferencial. El diagnóstico de la fiebre del dengue se realiza sobre la base de los hallazgos clínicos (signos y síntomas), así como de los antecedentes de viaje a zonas de riesgo conocidas. Afortunadamente, esta enfermedad tropical generalmente no es mortal, y se espera una recuperación completa dentro de unas pocas semanas, como ocurrió en este caso.

La mayoría de los buceadores están familiarizados con los signos y síntomas de la ED, pero es importante recordar que estos signos y síntomas no son exclusivos de la ED y pueden ser indicio de otras enfermedades.

Foto: Marcello Di Francesco

No me piques mosquito…

El dengue es una infección transmitida por mosquitos. Hay un aumento documentado en las tasas de infección en todo el Caribe y en el sureste de los Estados Unidos. Las tasas no han aumentado a un nivel alarmante, pero los viajeros deben ser conscientes de la enfermedad. La infección se caracteriza por un inicio agudo de fiebre de 3 a 14  días después de la picadura de un mosquito infectado. El dengue clásico presenta, después de este período de incubación, lo siguiente:

  • Fiebre aguda
  • Dolor/achaques articulares y musculares 
  • Dolor frontal intenso
  • Dolor agudo detrás de los ojos
  • Náuseas y pérdida de apetito
  • Erupción
  • En raras ocasiones, sangrado.

El dolor asociado con la enfermedad puede ser grave, especialmente en infecciones posteriores. Este dolor severo dio lugar al apodo del dengue, "fiebre quebranta huesos". La fiebre y el dolor deben controlarse con paracetamol (Tylenol); evitar la aspirina, el ibuprofeno, el naproxeno y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), ya que pueden promover el sangrado.

En la mayoría de los casos, la fiebre se resuelve en pocos días, pero la fatiga puede persistir durante días o semanas. También existe ahora una vacuna aprobada, sin embargo se recomienda sólo para aquellos que han tenido la fiebre del dengue o viven en una población donde la mayoría de las personas han sido infectadas. Para obtener más información sobre el dengue y otras enfermedades tropicales, consulta la información y las actualizaciones en línea del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades  o de la Organización Mundial de la Salud. Y, como siempre, si desarrollas síntomas después de bucear, no dudes en ponerte en contacto con DAN.


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