Técnico Experto… en Persuasión
Un largo e inolvidable safari submarino por los fondos marinos "con la mayor concentración de vida animal del mundo", en palabras del Comandante Cousteau … Es el sueño de un experto buceador francés de sesenta años quién, junto con su esposa, viajaron hasta la costa de Sudán el pasado mes de marzo.
El 16 de marzo, durante la última parada de descompresión a 3 metros, después de una inmersión técnica de 45 minutos a una profundidad de -54 metros, el hombre, de repente, notó un dolor en la espalda tan fuerte que necesitó ayuda para subir a la embarcación.
A bordo le administraron inmediatamente oxígeno, y los síntomas parecieron remitir, pero al cabo de unas pocas horas, regresaron aún más fuertes y alarmantes, con disminución del sentido del tacto, pérdida de la fuerza muscular y descoordinación en las extremidades inferiores. Se sospechó enfermedad descompresiva (ED).
Su esposa llamó a la línea de emergencia de DAN Europe, pidiendo ayuda para su esposo, miembro de DAN y cubierto por la modalidad de seguro Pro Silver plan, un plan válido para todo tipo de buceo, incluyendo el buceo técnico.
Sin embargo, surgió un problema: la falta de lugares adecuados y disponibles para tratar ese tipo de emergencia médica. La cámara hiperbárica más cercana se encontraba en Port Sudán, a diez horas de viaje del lugar del accidente, pero se utilizaba en exclusiva para una obra subacuática y no aceptaban pacientes externos.
En casos como éste, es muy importante actuar con prontitud, por lo que DAN Europe solicitó al cónsul francés su mediación. Manteniendo contacto permanente y consulta con el Centro de Emergencias de DAN Europe, el diplomático insistió en la urgencia del caso, y usando su habilidad para persuadir y negociar, se las arregló para obtener el acceso del buceador accidentado a la cámara y poder ser tratarlo.
El diagnóstico fue enfermedad descompresiva severa con afectación del sistema vestibular y médula espinal. El paciente fue sometido a una primera sesión en la cámara hiperbárica, que duró más de seis horas, sin mejoras significativas.
Mientras tanto, el centro de emergencia DAN ya había contactado con siete diferentes compañías aéreas para organizar el regreso a su país en un avión medicalizado y con personal médico a bordo. Una vez obtenida la disponibilidad de una empresa italiana, lograron transportar al hombre y a su esposa de vuelta a Francia; cubriendo DAN el costo total de la operación, que ascendió a 37.000 euros.
En el aeropuerto de Toulon ya les esperaba una ambulancia, alertada por Peter Germonpré, Director Médico de DAN Benelux y Francia, que aseguró personalmente el transporte hasta el Hospital Miltary de Sainte-Anne. Cuarenta y ocho horas después del accidente, el accidentado fue tratado nuevamente, mediante terapia hiperbárica y medicación.
El tratamiento intensivo tuvo su efecto beneficioso: el estado del paciente mejoró progresivamente, y los médicos fueron optimistas acerca de la posibilidad de su completa recuperación. El 27 de marzo, el hombre fue dado de alta del hospital, con sesiones de fisioterapia prescritas, marcando el final de su terrible aventura.