1.
Atraído por una llamada lujuriosa por el buceo, te cuelas en el sótano donde has guardado tu equipo, sólo para encontrarte luchando por entrar en tu traje de neopreno: la cremallera se ha atascado. ¿Qué ha sucedido?
2.
La batería de tu ordenador...
3.
Al final has encontrado, enterrado bajo una pila de azulejos y cubos de pintura, tu precioso maletín estanco con tu colección única de juntas tóricas, llaves allen, baterías, adaptadores DIN y el tubito de silicona, difícil de encontrar. ¿Qué falta?
4.
Dejaste que los trajes de buceo y los regs pasaran todo el invierno en un sótano húmedo o en un garaje. Antes de meterlos en la bolsa de buceo, deberías
5.
Ya te suena eso llamado COVID-19...
6.
Después de un período demasiado largo de inactividad y restricciones estresantes, tienes ganas de algo de nitrógeno. Empezarás una nueva gran temporada de buceo:
7.
Al ponerte el equipo de buceo te sientes un poco mareado y experimentas una fatiga y falta de aliento, inusuales. Piensas que sería más prudente...
8.
Sí, aquí estás: completamente equipado, el equipo funciona, las baterías del ordenador están cargadas o son nuevas, los reguladores no fugan y no han salido disparadas cucarachas de las boquillas. Ahora, ¿qué vas a hacer a continuación?
10.
Tu carnet de buceador...