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¿Debemos tratar a los niños como adultos pequeños cuando se trata de bucear?

Dependiendo de la agencia de formación de buceo o del país, a partir de los ocho años, los niños pueden participar en actividades de iniciación al buceo en una piscina o en aguas confinadas adecuadas, y a partir de los diez años pueden participar en cursos de buceo "junior". Aunque esto en sí mismo no es necesariamente un problema, los padres, los médicos que emiten certificados de evaluación de aptitud para el buceo y los instructores de buceo, deben tener en cuenta varios aspectos pertinentes antes de permitir que los niños pequeños buceen.

Una pregunta importante es: ¿quiere el niño bucear, o son los padres los que quieren que su hijo bucee? La presión de los padres no es infrecuente. Esto es una bandera roja. Nunca se debe obligar a un niño a realizar un curso de buceo si se siente incómodo o se siente obligado a participar. Esto crea una situación muy insegura para todos.

El niño debe ser evaluado médicamente y el médico debe tener en cuenta, al menos, las siguientes consideraciones:

• El desarrollo pulmonar hasta los ocho años, donde el diámetro de las vías respiratorias y la elasticidad pulmonar no están completamente desarrollados.
• Mayor volumen de cierre pulmonar (el volumen en el pulmón en el que sus vías respiratorias más pequeñas, los bronquiolos respiratorios, se colapsan).
• Inmadurez funcional del mecanismo de apertura de la trompa de Eustaquio.
• Problemas de oído interno/senos, que son más frecuentes en los niños pequeños y pueden plantear problemas al bucear.
• La presencia de cualquier problema del sistema cardio/respiratorio o musculoesquelético.
• Desarrollo óseo incompleto.
• Relación desfavorable entre la superficie corporal y el peso, que aumenta el riesgo de hipotermia.
• Inestabilidad emocional.

Por último, los instructores de buceo deben evaluar la madurez del niño. Las siguientes preguntas son importantes:

• ¿Es el niño capaz de escuchar, comprender, seguir las reglas e interpretar preguntas hipotéticas?
• ¿Es capaz de entender las leyes matemáticas y físicas?
• ¿Es capaz de identificar e interpretar el miedo y de reaccionar adecuadamente cuando está estresado, asustado o frustrado?
• ¿Es capaz de comunicar sus problemas, pedir ayuda y ofrecerla?
• ¿Posee el niño la capacidad de cuidar de sí mismo y de los demás?
• ¿Presenta el tamaño del equipo de buceo algún problema en relación con el tamaño y la forma del niño?
• ¿Es capaz el niño de tolerar un aumento de la termorregulación/metabolismo? Es importante entender que un niño perderá calor más rápido que un adulto y puede llegar a tener hipotermia en un periodo relativamente corto.
• ¿Será el niño capaz de entrar y salir cómodamente del agua cuando esté totalmente equipado, y de gestionar cualquier condición de inmersión adversa, como las corrientes y el oleaje? Es posible que los niños no sean físicamente capaces de cuidar de sí mismos o de otros, en muchos de los aspectos del buceo seguro.
• ¿Será el niño capaz de manejar el estrés del entorno subacuático y se siente cómodo en el agua?

No existe una prueba psicotécnica específica para evaluar la capacidad general de un niño para bucear con seguridad y comodidad. Hay que tener en cuenta la reacción de muchos niños ante la distracción y la concentración. Un niño puede tener un mayor sentido de la aventura pero una conciencia de poco riesgo. Los niños utilizan el pensamiento concreto y son menos capaces de reaccionar adecuadamente en situaciones diferentes a las descritas por sus instructores.

Cursos de buceo para y con niños

Como padre, quieres estar seguro de que el instructor tiene conocimientos y experiencia cuando lleves a tu hijo al agua; como instructor de buceo, quieres asegurarte de que dispones de lo necesario para hacerlo con seguridad.

Las organizaciones de buceo tienen normas de seguridad específicas, pero éstas se aplican principalmente a las normas de los cursos para adultos, con algunas restricciones (límites de profundidad), y o requisitos especiales para el compañero de buceo. En consecuencia, los niños aprenderán a partir de materiales de formación elaborados para adultos. Por lo tanto, es importante que el instructor sea capaz de explicar ciertos conceptos, y o tener las herramientas que puedan ayudar a explicar éstos al niño, y también a sus padres.

La mayoría de las organizaciones de buceo no ofrecen ni exigen formación adicional a sus instructores para bucear con niños, por lo que es importante que éstos comprendan las numerosas consideraciones que se aplican a la hora de enseñar a los niños a bucear. No se trata sólo de una limitación de la profundidad de buceo. Los instructores deben ser conscientes de la responsabilidad que tienen y deben informarse a fondo para mitigar todos los riesgos.

El equipo de buceo para adultos puede causar incomodidad, dificultades, estrés o incluso pánico en un niño. Un chaleco de tamaño pequeño para adultos puede ser demasiado grande y hacer que la botella tire del niño hacia un lado, lo que, además de un problema de seguridad, arruinará la diversión. El instructor o el centro de buceo deben disponer de un equipo de tamaño infantil, que incluya:

• Tallas de chaleco apropiadas.
• Máscaras infantiles (de perfil pequeño), que son más fáciles de vaciar cuando se inundan.
• Tubos de buceo más pequeños: debido al espacio muerto y a la posibilidad de que se acumule CO₂ en los esnórqueles, el volumen para los niños no debería superar los 150 ml, mientras que para los adultos, el volumen puede ser de hasta 230 ml.
• Las aletas con palas blandas proporcionarán la propulsión necesaria, y ayudarán también a evitar los calambres en las piernas.
• Un traje de buceo de tallaje: Un niño pierde temperatura más rápidamente, por lo que el traje de buceo debe tener un buen ajuste y el grosor adecuado.
• Reguladores ligeros, con latiguillos más cortos y boquillas más pequeñas.
• Botella pequeña/ligera.
• Sistema de lastre: Considera la posibilidad de utilizar un sistema de lastre integrado para evitar que el cinturón de lastre se deslice por las caderas más estrechas, de los niños.

Después del curso

Muchas de las mismas preocupaciones descritas anteriormente siguen siendo válidas. El compañero de buceo del niño, que puede ser el padre o la madre, debe comprender los límites de la inmersión y planificar los viajes de buceo a los destinos adecuados teniendo en cuenta,tanto las condiciones de buceo locales como la disponibilidad del equipo que el niño necesitará. Está claro que un niño no podrá participar en todos los tipos de buceo y su compañero deberá estar cualificado, tener experiencia en el tipo de inmersión previsto y estar físicamente en forma. También debe tener confianza para cuidar, asistir e incluso rescatar a un niño.

Para concluir, aunque podemos decir que el buceo para niños puede ser divertido y seguro, es importante entender que todos los que participan en la formación y en la inmersión, deben comprender los límites y no considerar simplemente a los niños como adultos pequeños.

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Acerca del autor

Guy Thomas es un experto formador de instructores de buceo y primeros auxilios y trabaja a tiempo completo como director de programas de seguridad en DAN Europe, donde es responsable del desarrollo y la implementación de las iniciativas de seguridad de DAN Europe. También es miembro del Equipo Especial de Rescate de la Cruz Roja Italiana y opera como nadador de rescate en helicóptero/medicina de buceo, a bordo de un helicóptero SAR de la Policía Estatal Italiana.

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Traductor: Ramon Verdaguer