Evaluación Neurológica In Situ
Aproximadamente, dos tercios de los buceadores con la enfermedad de descompresión tienen síntomas de una lesión en el sistema nervioso. Estos síntomas son a menudo imprecisos y pueden pasar desapercibidos por el buceador, lo que puede llevar a que sean desechados por no tener importancia o no estar relacionados con el buceo.
Para ayudar a los buceadores a determinar si una lesión ha sido producida por llevar tanques (véase artículo relacionado sobre el dolor de espalda, EAD 2-10) o está relacionada con el buceo, DAN ha creado la Evaluación Neurológica In Situ (On-Site Neurological Assessment) para el Divers program.
Una evaluación neurológica rigurosa y efectiva, pero también simple, ayudará al tratamiento de los buceadores de tres maneras:
- Profesionales de la medicina y médicos DAN tendrán un sistema fiable para juzgar la urgencia de una emergencia de buceo, dependiendo de los síntomas de los que sean informados por parte de los buceadores.
- La formación del personal clínico en lugares remotos donde los buceadores bucean, es a menudo difícil de conseguir y poco fiable.
- A menudo, según las investigaciones de DAN, los buceadores retrasan el comienzo de un plan de emergencia, primeros auxilios de oxígeno y atención definitiva negando los síntomas existentes. Con realizar un simple reconocimiento se demostraría a un buceador accidentado que hay un problema, y así los buceadores accidentados podrían conseguir tratamiento in situ (es decir, oxígeno en sistemas portátiles) más rápido, contribuyendo a la resolución de los síntomas.
Sólo los médicos profesionales deben dar un diagnóstico médico. La información recogida mientras se realiza una evaluación neurológica in situ ayudará al médico de buceo a comprender el alcance de la lesión y cómo ha cambiado en el tiempo que llevó conducir al buceador desde el lugar de la inmersión hasta atención definitiva.
Las cinco áreas que se evalúan como parte de una evaluación neurológica in situ incluyen:
- Función mental;
- Función facial;
- Función motora;
- Función sensorial;
- Coordinación y equilibrio.
Otras opciones
Los programas del campo de la evaluación neurológica llevan existiendo durante años y hay muchas versiones impresas, incluyendo las disponibles para la marina de los E.E.U.U. y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica. Sin embargo, tras revisar esos programas, DAN decidió que muchos de los reconocimientos en esos programas no eran de utilidad para el buceador medio en un lugar de buceo recreativo. Están diseñados para el uso de buceadores en lugares con muchos recursos, no a buceadores en botes de buceo.
El Dr. Richard Moon, director médico de DAN America, con la colaboración del Dr. Wayne Massey, neurólogo del Duke University Medical Center con experiencia en el tratamiento de buceadores accidentados, revisaron los programas existentes y determinaron qué era lo que ellos pensaban que era totalmente necesario y práctico para un reconocimiento fuera de un centro hospitalario.
Descubre qué es lo que está pasando en realidad
El informe DAN sobre la enfermedad de descompresión, víctimas de buceo y exploración de proyectos de buceo está lleno de historiales clínicos de buceadores que mostraban síntomas de complicaciones neurológicas tras realizar inmersiones; a veces tales síntomas pasaron desapercibidos durante horas o días, ya que nadie pensó que podía llegar a ser algo más grave. En el informe más reciente, el tratamiento del comienzo de los síntomas tuvo un retraso medio de 19 horas.
Por el contrario, el porcentaje más alto del comienzo de los síntomas era de una hora desde que subían a la superficie tras la inmersión. Otro número significativo de buceadores comenzaba a mostrar síntomas de la enfermedad de descompresión, pero aún así volvían al agua a realizar otra inmersión.
Los tres síntomas más comunes de la enfermedad de descompresión son el entumecimiento y hormigueo, el dolor, y la debilidad muscular. Estos tres síntomas son indicadores de problemas neurológicos y enfermedad de descompresión.
A veces se dice que los buceadores esperan tanto a recibir tratamiento después de que aparezcan los síntomas porque niegan que exista un problema; o se dan cuenta de que tienen un problema, pero ponen excusas. Cuando el problema no se va, finalmente solicitan ayuda.
En un historial clínico, un buceador se sintió desconcertado al salir a la superficie y durante media hora no pudo recordar los nombres de los otros buceadores que había el barco. En el mundo de la medicina, esto se llama “estado mental alterado” e inicia una respuesta inmediata. En este caso en particular, no se hizo nada y el buceador continuó la inmersión. Recibió tratamiento para la enfermedad de descompresión días más tarde.
Al completar la parte del historial en el reconocimiento, se comienza a determinar si hay una lesión de buceo o si ya existía una enfermedad que pudiese estar causando los síntomas. La evaluación neurológica in situ es básicamente una entrevista: la evaluación en sí ayuda a restringir las posibilidades y te ofrece información que puedes proporcionar al médico que lleve el caso.
Realizar una evaluación rápida de la situación y convencer al buceador accidentado de que puede que exista un problema es un primer paso importante. Reducir el retraso del reconocimiento de los síntomas y el tratamiento es algo fundamental en los primeros auxilios.