Un resbalón traumático
El protagonista de nuestra “historia con final feliz” es un instructor de buceo de 30 años de edad que había viajado a Tailandia, un paraíso conocido por los amantes de los ambientes marinos y submarinos. Fue el 04 de mayo. Regresaba a la embarcación después de una inmersión, cuando resbaló en la escalera y se lesionó el pie, con una fractura abierta agravada por una dislocación, un desgarro en el tendón de su cuarto dedo del pie, así como abrasiones en la cara y nariz.
Fue trasladado a la clínica más cercana, en la isla de Koh Tao, donde le administraron los primeros auxilios. Sin embargo, la instalación era demasiado pequeña para ofrecerle el tratamiento adecuado y operarle en el pie, que estaba en una condición francamente desagradable . Afortunadamente, el buceador era miembro de DAN, por lo que llamó a nuestra línea de ayuda internacional de emergencia, que le recomendó otro hospital más grande y mejor equipado: el Bangkok Samui Hospital de Koh Samui. Los operadores DAN inmediatamente iniciaron el proceso de organización y el traslado entre los dos hospitales.
Cuando el herido llegó a su destino, habían ya transcurrido once horas desde el momento del accidente, la lesión tenía un alto riesgo de infección y había necesidad de una operación urgente. El paciente, asustado y preocupado, fue consolado con regularidad por los médicos de DAN que diariamente siguieron su evolución, condiciones y tratamiento administrados por el hospital de Bangkok. Mientras tanto, se le garantizó la asistencia médica inmediata, y el pago directo de todos los gastos médicos a la instalación. Ahora, finalmente, podría simplemente relajarse y concentrarse en su recuperación.
Inicialmente, la operación del pie parecía haber funcionado: el paciente pasó seis días en el hospital con antibióticos, haciendo fisioterapia, y después fue dado de alta. La siguiente visita de control, sin embargo, detectó problemas adicionales y un riesgo de gangrena – lo que hizo necesario proceder a un segundo período de hospitalización de 5 días más. Los médicos DAN, que habían seguido atentamente el caso, en comunicación con el personal del hospital tailandés, fueron capaces de organizar el alta del hospital, lo que permitió al paciente continuar su tratamiento en casa.
DAN entonces se encargó de todos los procedimientos necesarios para el viaje de regreso, incluyendo una reserva de billete de avión en Business Class, para permitir al paciente mantener su pierna elevada durante todo el viaje. Los médicos de DAN continuaron manteniendo comunicación con el paciente-buceador, incluso después de su regreso a su hogar, el 26 de mayo, cuando la situación fue finalmente estable.
Una historia con final feliz, a pesar del accidente y las complicaciones médicas, con un costo total de € 13.000, que fue cubierto en su totalidad por el plan de seguros DAN.
Accidentes en escaleras, un problema de desinformación
En los últimos años, DAN ha abordado un problema al que se le ha prestado muy poca atención, pero que constituye uno de los que todos los buceadores, propietarios de embarcaciones y controladores deben tener en cuenta: el peligro potencial de las escaleras de embarque.
¿Qué tipo de lesión pueden causar?
Las potenciales lesiones varian desde una ligera magulladura – generalmente en las manos (pero no exclusivamente, como el caso anterior ha mostrado), a la amputación traumática de uno o varios dedos.
Por otra parte, escaleras mal diseñadas que no ofrecen un apoyo seguro y estable para los pies (al usar aletas, también) hacen que sea fácil para un buceador caer al regresar y subir al barco. Los accidentes de este tipo también puede causar un trauma severo a los buceadores que se encuentran debajo, esperando turno para subir.
¿Cómo debería ser una escalera de embarque ideal?
La parte más peligrosa de una escalera son las bisagras, que se utilizan para doblarlas de nuevo en el barco durante la navegación.
El posicionamiento de la escalera al costado de la embarcación es también importante. Si no está bien sujeta o está muy suelta, especialmente si está en un costado, puede oscilar y atrapar las manos o dedos al balancearse la embarcación.
Esto no es tan frecuente, pero aún posible, con las escaleras en la popa, cuando el barco puede lanzarlas hacia adelante con fuerza. Es incluso más probable que ocurra si la escalera está articulada, o si el espaciador entre la escalera y el costado/popa de la embarcación no es de una longitud adecuada.
En el caso de un buceador que cae de una escalera, el diseño de una escalera y su construcción son ambos factores a considerar. Una escalera que sea demasiado estrecha o corta, no está diseñada para ser subida con aletas, o si se construye con materiales resbaladizos, puede constituir riesgos adicionales que podrían evitarse con un diseño correcto.
Tenga siempre cuidado al subir las escaleras, ¡incluso en su propio barco!